jueves, 27 de abril de 2006

Mundos que salen a flote (Volver)

Almodóvar "tira de veta" con Volver (2006). En sus dos últimas películas ha echado la vista atrás para sacar adelante sus historias: con La mala educación (2004) recuperaba un antiguo argumento inspirado en ciertos episodios de su infancia; en Volver sigue ahondando en ese mundo, rescatando sensaciones, lugares y momentos de esa vida anterior a su desembarco en Madrid. No me parece un demérito en absoluto, puesto que cuando le añade sus toques autobiográficos es cuando surge el mejor Almodóvar.

En Volver es como si de pronto el director se hubiera preguntado lo que le sucede a la entrañable abuela de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984) (interpretada por Chus Lampreave) cuando al final de la película regresa a su pueblo, harta de la vida de la ciudad. Por aquel entonces Almodóvar buscaba por encima de todo distanciarse de aquel ambiente rural, cerrado y pacato; a la vez que se zambullía en el nuevo mundo de la "movida", en el que podía descubrir y crear a la vez su propio universo artístico. Han pasado los años y ahora parece ser el momento de recuperar una parte de su vida que había permanecido oculta. Así se deduce de la reciente entrevista que le hizo Juan José Millás, en la que habla --con emoción y por primera vez-- de su padre, la elidida parte masculina de sus orígenes.

Los repartos almodovarianos siempre han sido de mayoría femenina, pero esta vez su presencia es abrumadora; y además el único papel masculino es el más despreciable con diferencia de toda su filmografía. La historia transcurre en esta ocasión íntegramente en ese margen de la vida que les queda a las mujeres cuando los hombres las abandonan, las desprecian o simplemente las dejan hacer por desinterés. Y ese tiempo que ellas llenan con sus madres, con sus hermanas, con sus hijas, con sus vecinas, con sus amigas..., saliendo a flote a base de favores y sablazos, es el tiempo que ha fascinado a Almodóvar desde siempre. De él han salido sus mejores dramas y sus personajes más entrañables y contradictoriamente verosímiles. Todas estas mujeres componen un mosaico que, visto con la suficiente distancia, revela la idea que tiene Almodóvar del universo femenino: un auténtico mundo paralelo nunca lo suficientemente valorado. Si además cada personaje, hasta en sus más mínimos detalles (sólo mencionaré esos besos de abuela que parecen salvas), está bordado por las respectivas actrices, la autenticidad y el éxito están asegurados.

El patrón base de una película de Almodóvar es al que ha regresado desde La mala educación y que se estabiliza (parece) con Volver: drama protagonizado por mujeres que sirve de homenaje y a la vez de denuncia de ciertos aspectos de la situación de la mujer en nuestra sociedad, todo ello aderezado con una trama detectivesca que tira del argumento sobre todo en el tercio final de la historia. Este es para mí el Almodóvar más conmovedor, el que mejor expresa su madurez; y como él mismo asegura, tendrá que inventarse una nueva vida, porque esta que le conocemos ya parece suficientemente documentada.

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