martes, 9 de junio de 2009

Tarde y bien (Gran Torino)

Tarde y bien por mí, que me he demorado en ir a verla pero ha valido la pena. Tarde y bien por Clint Eastwood con quien me he reconciliado (parcialmente) desde Sin perdón (1992), el último filme suyo que vi en una sala de cine. Tarde y bien, finalmente, por Harry Callahan --el personaje de ficción por el que la mayoría le recordará-- pues aunque Gran Torino (2008) no la protagoniza el mítico policía sucio, fuerte y ejecutor, todos vemos en ella una especie de despedida del actor que lo ha encarnado. Como director, hasta que el cuerpo aguante, igual que John Huston; y cada título que consiga terminar a partir de ahora será recibido con enorme veneración y expectación por crítica y público. Clint Eastwood ejerce, hoy por hoy, de leyenda viva del Gran Hollywood.

La filmografía de Eastwood abarca cuatro décadas casi completas (cinco si contamos su época de actor), un dato que demuestra --como mínimo-- su capacidad para conectar con el público desde los más diversos registros y géneros, algo ciertamente al alcance de muy pocos. Desde sus comienzos en el spaguetti western (el equivalente cinematográfico de las novelas de Marcial Lafuente Estefanía), pasando por su interesante debut como director --Escalofrío en la noche (1971)--, su triunfo y encasillamiento como intérprete de personajes duros y justos --la saga Harry (1971, 1973, 1976, 1988), Duro de pelar (1978), Firefox, el arma definitiva (1982), El sargento de hierro (1986)--, sus aportaciones al género que le catapultó a la fama --El jinete pálido (1986) y Sin perdón, un réquiem definitivo del western crepuscular--, para acabar desembocando en una etapa como director marcada por los éxitos de un cine de sentimientos en estado puro no siempre bien dosificados: Bird (1988), Poder absoluto (1996), Mystic river (2003), Million dolar baby (2004). Con todo, a pesar de tanta variedad y dispersión, hay un elemento crucial en el éxito del Eastwood director: su poderoso estilo, heredero directo del clasicismo del Hollywood de los años cuarenta, hecho de eficacia narrativa perfectamente adaptada a argumentos claros y directos en los que el espectador se posiciona automáticamente del lado que a él le interesa.



Gran Torino es una historia clásica filmada con el habitual rigor de Eastwood: sin escenas al margen de trama principal (tampoco está para grandes florituras físicas el hombre), inmediata entrada en materia, personajes presentados de forma directa y sencilla, acción que se acelera discretamente en el último tercio y conclusión semisorprendente. Lo que permanece intacto es el poso ideológico, el mismo que latía en su época de policía: la visión de un país corrompido por bandas, delincuentes y emigración extranjera. El mundo de Walt Kowalski --un antiguo trabajador de la Ford en Detroit-- se reduce a los restos de un estilo de vida que se consume igual que su generación: los amigos en el bar de siempre, la pasión por los arreglos domésticos y las visitas a las bien surtidas ferreterías, unas pocas relaciones humanas basadas en la rudeza, la franqueza y la simplicidad (las escenas en la barbería son las más divertidas); en definitiva, lo que durante décadas se ha considerado el auténtico espíritu norteamericano y hoy ha sido barrido por los devastadores efectos de la crisis y la evidencia de un mundo mestizo al que no todo el mundo se sabe adaptar.

El final es sin duda la parte más rancia del filme: sólo un gesto dramático permitirá que salgan indemnes los valores que defiende Kowalski y la esperanza para la nueva generación que los asume; y por eso es necesaria una inmolación que sirva para purgar los pecados del pasado y garantizar un futuro a los jóvenes. Es la típica moral conservadora que justifica los errores a cambio de un mal menor que compense las consecuencias que produjo. En eso Eastwood no ha cambiado: el mundo auténtico que ayudó a levantar su generación sigue vigente, y por eso los valores que lo sostienen merecen ser defendidos.

La película transcurre en un entorno urbano y social deprimente que revela un antiguo esplendor en el que se ha cebado la degradación económica: los trabajadores autóctonos de los años setenta del siglo pasado han abandonado el barrio donde vive Kowalski y en su lugar se han instalado emigrantes llegados de todas partes. Es el paisaje que ha dejado tras de sí la locura del fundamentalismo del mercado (Stiglitz dixit) y las deslocalizaciones decretadas tan a la ligera por neocons que no veían más allá de sus ganancias, arrasando el tejido productivo y social en buena parte de Estados Unidos. De ese país hoy deshecho hace poco levantaba acta de defunción Michael Moore a raíz del desplome de la General Motors. Moore puede ser un histriónico (y de hecho su populismo ingenuo y maniqueo se desborda hacia el final de un texto casi irreprochable), pero lo prefiero a una visión del mundo que antepone la jerarquía y la tradición al progreso y la diversidad. Me gusta el cine de Eastwood, lo que no me gusta tanto es la idea del mundo que asoma tras él.

12 comentarios:

babel dijo...

No suelo comentar sobre Eastwood, porque no me gusta demasiado, quizá por esa visión del mundo a la que te refieres al final del texto, y porque me parece muy sobrevalorado, más como director que como actor.
Gran Torino es para pasar el rato, porque a mi modo de ver peca bastante de convencionalismos y de recursos infinitamente usados. Además no con demasiada maestría. Los malos son malos de libro, y más que malos son imbéciles de remate. Para mí sólo se salva la vecina malcarada que se sienta en el porche a mirarlo con distancia, que me parece un personaje genial. Por lo demás, esto sí es un autohomenaje y no lo de Almodovar, je! Para fans del pistolero calienta instintos hacia el gatillo fácil y quien sabe si proclives a la pena de muerte... aunque la película aplique hacia el final una sospechosa inversión del mecanismo hacia la justicia y el equilibrio convivencial. De cualquier modo, recursos todos demasiado conocidos y nada alejados de su cine más convencional.

Un saludo.

Sesión discontinua dijo...

babel: acabas de definir en palabras políticamente incorrectas el cine clásico; porque eso es precisamente lo que hace Eastwood. Cine clásico de los años cuarenta con sesenta años de retraso. Y como alumno aventajado hay que admitir que no lo hace mal (te recomiendo "Mystic river").

Las ideas políticas que revela su cine son otra cosa; y me provoca el mismo rechazo que a ti. Pero bueno, nadie es perfecto ¿acaso dirías que las películas de Ford son malas porque incluyen de serie una descarada visión racista de los nativos americanos?

Feliz y caluroso sábado!!!!!!

babel dijo...

Sam Pekimpah, Orson Welles, Alfred Hitchcock, Sidney Lumet, Otto Preminger, Ernst Libitsch, Stanley Kubrick, Griffith, Cassavetes, Chaplin, Billy Wilder, Hawks, Raoul Walsh, Scorsese, Melville, Coppola, Brian de Palma, Charles Laughton, John Carpenter, Robert Aldrich, Frank Capra, Blake Edwards, Kazan, Mankiewicz... por nombrar unos pocos que poco o nada tienen que ver con ese concepto del cine norteamericano clásico al que remite Eastwood. La lista sería interminable...

Sesión discontinua dijo...

Yo no digo que Eastwood forme parte de esa nómina tan extensa y bien traida que citas, sino que su estilo bebe de aquellos maestros. Otra cosa es que él añada su propio toque y el resultado sea una cosa muy diferente. Pero lo que es innegable es que Eastwood es un heredero de esos nombres.

La evidencia de una filmografía muy conservadora (por ser suave) no debe desviarnos del tema central. Eastwood ha demostrado que es algo más que un sargento de hierro o un policia cafre y violento.

Otro día discutiremos si merece entrar en esa nómina. Yo pienso que no (y por tus palabras tampoco), aunque otra gente opinaría que sí.

Nos leemos!!!!!

Agustí Carné dijo...

¿Qué es un recurso infinitamente usado? En mi modesta opinion, si ese recurso funciona no tiene por qué ser sustituido por otro mas "rompedor".Lo verdaderamente importante de Eastwood es que usa esos convencionalismos que mencionais de una manera brillante. Su cine no es artificioso, carece de trucos y pirotecnia. Esa es para mi la verdadera demostración del talento. Eastwood emociona con cuatro herramientas cinematográficas, y aunque sea el último ejemplo de clasicismo, su cine es mas efectivo que el de cualquier realizador actual( Y eso que Gran Torino no es de mis preferidas).
Un abrazo.

Sesión discontinua dijo...

Ay Agus cómo te han tocado la fibra eastwoodiana!!! que indignado se te lee!!! Vaya por delante que ser un heredero del clasicismo no es un demérito, al contrario. Por la parte del estilo creo que nadie se meterá con Eastwood (al menos se lo admitirán aunque no le den todo el valor que tú le otorgas). El problema es de qué está hecho su cine: policias fachas, sargentos fachas, jubilados fachas.....

Pero eso es cuestión de gustos.

Nos leemos!!!!

María Rogel (Lapor) dijo...

ey,la cosa está que arde! BABEL vs sesión c.
bueno, para mí Eastwood es mitico como actor: por cierto, creo que falta una peli en la que es viudo y está intentando atrapar a un asesino en serie de mujeres y todas las víctimas parecen relacionadas directamente con él él,un comisario outsider com una hija esperándole en casa.
de todas formas como director es cierto que su cine es conservador, el tono más que otra cosa, pero algunos de sus personajes son conmovedores, de so no hay duda. Por muy héroes que acaben por ser, Por ej. Meryl Street en "Los puentes de Madison" o la pareja Kevin Costner y el niño en la que él huye y el niño cava con él. Y no creo que el prentenda hacer un cine que cree fascinio, es frío.
besos

El tecnócrata de letras dijo...

La cosa está que nadie queda indiferente ante el cine de Eastwood. Gracias a los ultrafanes y a los no tan fanes por compartir su opinión.

Nos leemos!!!!!

JLO dijo...

a mi algunas eastwood me gustan otras no tanto... esta especialmente me parecio lograda pero es verdad q es un reaccionario el viejo clint...

igualmente me parece un gran director y bastante buen actor...

salu2

Sesión discontinua dijo...

jlo: "Gran Torino" me pareció un buen cuento corto, pero precisamente por eso debe tirar de topicos y arquetipos. Esta peli muestra el mejor Eastwood, pero si miramos otras (especialmente las de los ochenta) veremos que hay mucha diferencia.

Eso sí, preparémonos para un final de carrera lleno de homenajes y exaltaciones, igual que con Allen.

Nos leemos!!!

anonimop dijo...

Una vez pseudo desvelada mi identidad para algunos, simplemente indicar que:

"Gran Torino" es la culminación de una carrera cinematográfica. Es posible que pueda considerarse un autohomenaje, pero ojalá todos fueran así. La música buena, la interpretación mejor y la dirección expléndida. Ya entiendo que a algunos les hará daño pero ojalá Allen hubiera envejecido tan bien.

Hablando de bandas sonoras: creo que es un tema ciertámente olvidado en este foro. Ultimamente he escuchado una que me parece sencillamente genial. No conozco la película pero la música es.... Y ni siquiera es ochentera!!!!! La película es "5 x 2" " Cinq fois deux" que para algo nos han de servir las clases de francés a los viejos del lugar. Por cierto, a ver si alguien es capaz de conseguir una dirección de rapid o megaup donde se pueda encontrar.

Finalmente y con razón lo último que me podía imaginar era a Pilar Bardem como si fuera Alaska hace 25 años.

P.D. Sigo buscando la cola

Sesión discontinua dijo...

ay anonimop, sin tu saberlo te alineas en la opinión general de los puretas ochenteros, que se podría resumir así: "A Clint Eastwood que no me lo toquen!" (dicho así un poco en plan lopez-vazquez-a-sus-pies-señora). Por ese lado, respetable opinión sin especial provocación al debate...

En cuanto a la banda sonora de Philippe Rombi - 5x2 (2004) (gran peli que por cierto comenté en la versión antigua de mi blog, pincha aqui) pues no la tengo especialmente presente, pero seguro que hay un montón de copias privadas por ahí para compartir sin ánimo de lucro. O si no también puedes comprarla por 13 $ en Amazon.

Yo también sigo buscando la cola (creo que igual abro un grupo en el JetaBook).....

Besits mil!!!!!