Nothing personal (2009) --primer filme de Urszula Antoniak-- ilustra perfectamente la diferencia entre historia y relato en el contexto cinematográfico: la historia es la secuencia estrictamente cronológica de los acontecimientos que aparecen en el filme; mientras que el relato es la selección, compresión o manipulación de la historia que lleva a cabo el narrador. La historia que narra Nothing personal no es que sea del todo aburrida, pero sí es bastante banal e inverosímil a medida que uno profundiza y cotidianiza sus detalles. El relato, en cambio, aporta un punto de valor a la película, introduciendo una serie de contrastes que la hacen más llevadera. No se trata de una original mezcla de tiempos, ni de yuxtaponer varios puntos de vista; es más bien una nimiedad: separar cada bloque de la historia con un título, a modo de capítulo, la sucesión de los cuales (y sin necesidad de alterar el orden cronológico) provocan que el espectador asista a la historia desde una perspectiva diferente. Una modificación que no hace mejor ni radicalmente diferente a la película, pero sí da margen para juzgar los acontecimientos --las relaciones de pareja en general-- desde el curioso esquema que proponen los capítulos.
Los bloques son: soledad, el final de la relación, matrimonio, el inicio de la relación y (de nuevo) soledad, algo así como las partículas elementales de todo proceso de conocimiento interpersonal; y la película muestra cómo, aun invirtiendo la flecha del tiempo, las cuatro etapas se suceden las unas a las otras en el mismo orden, y sin que sus hitos característicos se vean afectados: 1) silencios hoscos, brusquedades y malos humores sobrevenidos e inmotivados durante los finales; 2) sintonía y conexión sin esfuerzo, preparar comidas y desayunos en la cama durante los matrimonios; 3) deseo sexual constante así como irrefrenable sed de conocimiento del otro, especialmente de la mochila emocional, durante los inicios; y por último, 4) antes de cualquier inicio y después de cada final, un bloque de soledad que lo llena todo hasta la siguiente. Es curioso cómo Nothing personal consigue colocar todos esos momentos en orden inverso sin que el proceso de la relación chirríe o se vea afectado en lo básico. Otra cosa es que la idea que pone en marcha la película, los respectivos y radicales posicionamientos de Anna (Lotte Verbeek) y Martin (Stephen Rea) sean lo suficientemente sólidos como para hacer interesante un drama sin necesidad de enfatizar tanto el relato.
Curioso experimento en el que historia y relato avanzan el direcciones opuestas sin que una y otro se vean afectados, incluso mejorados. Lo mismo sucede con las relaciones: por separado somos individuos autosuficientes, pero emparejados formamos otra cosa muy distinta, a veces compleja, a veces inefable, a veces miserable. Contrastes que sin embargo están basados en los mismos materiales fundamentales: soledad, inicio, matrimonio y final. ¿No quedará por ahí un quinto elemento por descubrir, algo así como una materia oscura que nos ayude a reinterpretar este aparente caos? ¿No había una forma más interesante de convertirlo en película?
3 comentarios:
interesante blog, espero que podamos intercambiar ideas en un futuro cercano, por lo pronto lo dejo invitado a revisar mi blog.
saludos
Angel
hola!!! me alegra ver lo reinstalado tras la calma de la vacaciones que estés, espero seguirte en cuestión de días. de esta peli creo que ni había oído hablar, la verdad. pero me gusta la estructura,. y lo que dices de diferenciarse tanto el relato de la trama (lo que a efectos de resultado final no suele ser buena señal) es interesante,
yo he vuelto con ganas de ver peliculones..! petonssss
nómada: un blog muy ecléctico el tuyo, precisamente de los que más falta hacen... que sepas que estás enlazado.
lapor: me alegra leerte de vuelta, esperando tus contribuciones y tus peliculones....
Nos leemos!!!!!
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