El trabajo de Polanski es sencillamente impecable: prólogo y epílogo resueltos con una originalidad y una eficacia pasmosas, una banda sonora (únicamente en esos dos fragmentos) brillante, y un cuarteto protagonista a la altura de tanta expectativa de universalidad. Polanski sitúa a los actores en una situación aparentemente temporal --se despiden tras una breve visita formal de disculpas por la agresión de su hijo; de ahí las referencias a El ángel exterminador (1962) de Buñuel-- que nunca acaba de completarse, acrecentando la sensación de que todo lo que se dice es banal, como las frases que solemos usar en las despedidas comprometidas. Esa demora de casi veinte minutos (el tiempo tras el que deciden quedarse) equivale a evitar que el espectador --que sabe de qué va la historia-- se acomode. Es un truco muy parecido al que señalaba Hitchcock en su famosa entrevista con Truffaut: en un filme, cuando empieza un juicio, como podemos anticipar cómo se desarrollará la acción, nos relajamos, como si estuviéramos en el descanso de un partido; por eso no le gustaba intercalar escenas de juicios, o en todo caso las despachaba rápido. Esa eterna despedida contribuye a tensar la situación, mantiene al espectador a la expectativa y aporta naturalidad al enfrentamiento que se avecina. Un recurso dramático de primera categoría que define a un maestro de la narración. Pero eso no es todo: cuando finalmente se produce el choque los bandos no se establecen a partir de un único debate ni con unos contendientes claros: los protagonistas juegan solos, o buscan aliados temporales, en función de los temas en disputa. Las reacciones son inesperadas (algunas de ellas muy fisiológicas), pero nunca sin que el texto trate de sintetizar o reconducir el diálogo hacia nada que parezca una recapitulación abstracta o una moralina al uso. En esto Polanski también sabe sortear la lógica tentación de focalizar el drama en la interpretación: no hay frases rimbombantes pronunciadas en primer plano, ni desahogos no interrumpidos por el resto de personajes... Todo eso que el cine y el teatro más clásicos solían explotar en este tipo de adaptaciones en Un dios salvaje está cuidadosamente omitido: todo consiste en un imprevisible intercambio de reproches y puyas en el que cada cual dispara indiscriminadamente contra el resto (la responsabilidad paterna, las relaciones de pareja, la falsa conciencia comunitaria, el machismo, el egoísmo conyugal...). En definitiva: un completo catálogo de miserias occidentales. No hay tiempo para procesar cada tema, porque el argumento fluye sin esperar al espectador, ya de por sí abrumado por el cuidadoso tratamiento técnico que requiere la filmación en un espacio tan limitado: planos sostenidos, giros imprevistos, desplazamientos ágiles por los pasillos y, especialmente, el uso inteligente de los espejos como recurso para dar más énfasis a la presencia física de la cámara en medio de los personajes, incluso para aumentar la sensación de encierro.
La película me recuerda en muchos aspectos a Dublineses (1987), el testamento cinematográfico de John Huston: no por lo que tiene de balance de una filmografía fundamental, ni de adaptación modélica del relato de James Joyce, ni por ir a verla sabiendo que ya nos había abandonado (no es el caso). Es más bien la misma combinación de vida azarosa (incluyendo en el caso de Polanski destierros y desgracias familiares) de un cineasta todoterreno que, de pronto, acaba revestido por un aura de maestría que se suele otorgar hacia el final de la vida artística. Con Un dios salvaje se ha producido la misma unanimidad, la misma rendición ante el manejo de los recursos técnicos y narrativos. Pero también es por la película que estrena: resuelta con una dosificación perfecta de significación y pulcritud técnica, una simplicidad que en realidad esconde una compleja planificación y que no puede dejar indiferente a quienes la disfrutan.
7 comentarios:
Muy acertada crítica; no pongo ni quito ninguna coma a lo que has expuesto.
Has comentado tres o cuatro "ideas fuerza" de la obra con las que estoy totalmente de acuerdo; me atrae especialmente la referencia al juego de alianzas coyunturales (como jugar al Monopoly) en que se ven obligados los personajes.
¡Ah!, una referencia más: la de siempre. No sé que tienen los actores extranjeros que te los crées; me imagino esta película con las Emma Suárez e Imanol Árias de turno y ya me pongo a temblar...
La obra merecería un 10, pero debido a la sensación constante de que no deja de ser una obra de teatro (Hitchcock lo resolvía mejor en "La soga") y que el final estaba cantado desde el principio, lo dejaríamos en un 8.
anomino-con-gafas: esto si que lo anoto!!! no quitas ni pones nada de mi texto!! Pero bueno, es una peli que despierta unanimidades, así que es normal... En cuanto a actores, creo que los que mencionas provocarían el fecto que dices, pero un Luis Tosar como marido machista y una Laia Marull en el papel de la esposa no desmerecería dada de nada....
Nos leemos en el 2012, feliz año!!!
¡Hola! Te dejo el comentario de inauguración habitual, jaja. Pues de las entradas, quizás esta es la que más conforme estoy. Me dio la sensación de ser una buena adaptación de eso que se dice a veces de "teatro dentro el cine", no todo tiene que ser el teatro explícito de Shakespeare in love, por ejemplo, o de Pygmalion. El caso es que encontré a todos los actores geniales, se me fue la película en 10 minutos -literales, me dije ¿ya acabó?-, y bueno como dices la película despierta unanimidades. Creo que son arriesgadas las situaciones en que los personajes permanecen encerrados mucho tiempo y para mí Polanski le ha dado verosimilitud como para que funcione. No había reparado en lo de los espejos, pero como esta será de las que vuelva a ver más adelante, lo tendré en cuenta. ¡Un saludo! Y a seguir con la crítica.
Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!
david: gracias por la felicitación; espero que en cada visita no dejes de opinar....
Nos leemos!!!!!
no sabía nada de esta nueva película de Polanski... siempre mantuvo su calidad aún en sus obras menores... voy a tratar de conseguirla...
salu2, hace mucho que no me pasaba por acá!!!
JLO: pues "re-bienvenido", y que sea para ponerte/estar al día!!!
Nos leemos!!!
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