lunes, 6 de febrero de 2023

Un trabajo bien hecho, quizá demasiado (Close)

De momento, el tema de Lukas Dhont es la infancia: los retos y padecimientos que enfrentan los menores y pasan desapercibidos o son ignorados por los adultos. Su primer largometraje --Girl (2018)-- ya deja claro por dónde van sus intereses: un chico de quince años que quiere triunfar como bailarina; este de ahora --Close (2022), por el que ha conseguido la nominación por Bélgica al Oscar a la mejor película internacional-- se centra en esas intensas e inocentes amistades masculinas previas a la adolescencia, en su difícil encaje en el mundo más allá de la intimidad doméstica, donde la sensibilidad no es precisamente la norma. Identidad emergente y acoso escolar, dos debates en pleno apogeo al que todo cine con aspiraciones sociopolíticas difícilmente se resiste; ya sea para generar polémica, debate o taquilla.

La cosa es que Close acierta de pleno en cuanto a tratamiento. Además de la elección perfecta de los dos protagonistas principales --especialmente Eden Dambrine, con su mirada ultraexpresiva y su saber estar ante la cámara--, está el contexto elegido para desarrollar la historia: dos amigos de la infancia (Léo y Rémi), ambos de familias con fuertes vínculos de amistad y cercanía, de pronto, al llegar la preadolescencia, se distancian de forma abrupta e inexplicada por temor a lo que su intimidad pueda dar a entender en la escuela. No se trata de acoso ni de prejuicios, sino de una decisión cuyos motivos no son declarados --más bien negados-- para evitar ser señalado como lo que no se es. El objetivo en esta fase de la vida suele ser encajar a toda costa en el grupo de referencia, encontrar en él la seguridad que no somos capaces de descubrir por nosotros mismos. Se trata de un drama tan cierto como universal que seguirá repitiéndose mientras la educación se siga organizando en grupos de edad (antes de eso, segregar por sexos y mezclar alumnado de edades diferentes tampoco fue demasiado bien). Podremos ser más o menos conscientes de que sucede, tomar medidas más o menos eficaces, drásticas o milagrosas, pero erradicarlo por completo --como si fuese una enfermedad para la que encontramos una vacuna-- es prácticamente imposible.


La película demuestra inteligencia, está bien narrada, pero para conseguir el efecto se ve obligada a rehuir cualquier elemento ajeno al drama íntimo que obligue a rebajar el nivel de intensidad. De hecho, los padres y maestros involucrados en un momento u otro se comportan con delicadeza, se muestran dialogantes y competentes; los protocolos escolares se cumplen a rajatabla, sin errores ni omisiones; las familias encuentran el tono adecuado en las conversaciones para tratar de reconducir el problema. En este sentido, Close se desarrolla en un ambiente ideal, a la medida de las necesidades del guión: no hay imprevistos, malas praxis ni rebajas impuestas desde fuera (escuela, trabajo, amistades, familia); el drama y las fases del duelo se suceden según lo previsto.

Sin embargo, todo esto queda eclipsado por la brillante sucesión de escenas y su forma de resolverlas. No hay trampa, sino un gran trabajo de guión, dirección e interpretación. Es más, el principal acierto de la película es apostar de forma sistemática y coherente por un único recurso de estilo que dota a la historia de todo su aplomo: mantener siempre la cámara en el punto de vista del protagonista --Léo--, desenfocando o dejando fuera de plano todo lo que no tenga que ver con sus sensaciones, intereses o pensamientos; dejando que los adultos entren y salgan según su proximidad y/o necesidad. Es un recurso inspirado o calcado de otro filme belga, que lo utiliza de la misma manera para un argumento muy similar: Un pequeño mundo (2021) de Laura Wandel.


En definitiva, Close es un filme que impacta, que gusta por su sencillez y su estilo directo; una historia que conoce perfectamente al público al que se dirige, pero que apenas se permite un desvío de su propósito: desbordar por sensibilidad. Quizá Dhont olvida que, para que su estilo y su delicadeza luzcan como lo hacen en la película, hay que crear un entorno y unos personajes demasiado a medida.

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