Con Incendies (2010) del canadiense Denis Villeneuve topamos de nuevo con un guión diseñado específicamente para provocar reacciones en el espectador, quizá no tan milimétricamente calculado como Slumdog millionaire (2008), pero sí lo suficiente para no dejar indiferente. Se trata de una adaptación del texto teatral del dramaturgo canadiense de origen libanés Wajdi Mouawad que repasa sin pudor las secuelas generacionales de un conflicto político y religioso que asoló su país durante los años setenta del siglo XX.
Igual que el oscarizado filme de Danny Boyle, Incendies sólo se disfruta enteramente la primera vez que se ve; el aspecto humano puede que conmueva profundamente en más de una ocasión, pero ese no me parece el auténtico centro de la historia. También hay que tener el cuenta la ambientación en una cultura ajena y una guerra lejana que revela lo peor del ser humano pero resulta ideal para la ficción narrativa. Incendies plantea desde el primer minuto un enigma bien trabado en forma de búsqueda en el pasado de una madre muerta que debe redimir a sus hijos, un enigma tan inverosímil como eficaz, tan exagerado como cruelmente contenido. Parece ser una especie de norma en narraciones de origen no occidental, una combinación de la que ya me ocupé en otro texto y que sigue dando buenas películas.
En esta ocasión, el conflicto humano está mucho más marcado que en Slumdog millionaire, donde casi todo eran golpes de efecto y algún que otro momento estremecedor. En el filme de Villeneuve, en cambio, especialmente a partir de la segunda mitad, no hay segmento que no finalice con una importante revelación; especialmente dos: el desenlace de la escena del autobús --que provoca un mal rollo tremendo-- y la conversación de la hija de la protagonista con el antiguo carcelero de su madre. No tanto por el contenido de la información a la que accede sino por el plano sostenido sobre el rostro de la actriz (Mélissa Désormeaux-Poulin), totalmente convincente y demoledor. Quizá tanta revelación, y el hecho de estar conscientemente dosificadas --que no perfectamente ocultas hasta el momento mismo de darse a conocer al espectador-- hagan que el efecto final parezca más irreal de lo que podría haber sido, pero no resta méritos a la originalidad de la historia.
Un par de apuntes para terminar: el primero la omisión deliberada de toda mención a Líbano (el país donde transcurre la historia; aunque cualquiera un poco informado sabe cuál es), quizá con la pretensión de alcanzar la misma vigencia y universalidad de Z (1969) de Costa Gavras; una decisión que enfría la carga crítica. En segundo lugar un detalle sobre la banda sonora: Villeneuve declaró en una entrevista que cuando vio la obra teatral de Mouawad sintió la misma sacudida interior que cuando vio Apocalypse now (1979); y quizá algo de esa impresión se ha debido trasladar a la banda sonora, porque la película comienza con una escena que recrea el mismo extrañamiento visual que usó Coppola, sólo que en lugar de The Doors escoge You and whose army? de Radiohead, que contiene unos acordes finales totalmente doorseanos.
6 comentarios:
Saludos. He llegado aquí por casualidad y descubro que escribe usted estupendamente (como es mi primer comentario no me atrevo a tutearle, todo llegará). He repasado su página y se advierte gran capacidad de observación. Me parece que compartimos afición (me refiero más a la crítica que al cine). Enhorabuena por el trabajo. Un saludo
V: pues bienvenido y pasa directamente al tuteo!!!. Espero que hagas muchas contribuciones por aquí!!!
Nos leemos!!!
Hola, pues he leído tu artículo un par de veces esta semana y la verdad no acabo de ver la comparación con Slumdog Millonaire, aunque estoy de acuerdo en cómo planteas que el director toca las teclas necesarias en cuanto a conflicto humano para llegar al espectador. Hay muchas películas, sobre todo dramas, que parten de ahí, no? A mi me parecen muy diferentes.
La canadiense me gustó, ya lo sabes, sobre todo lo bien urdida que está la trama en todos sus aspectos. También hay que resaltar, como bien dices, esa atemporalidad y descontextualización del conflicto que hace de telón de fondo, aunque a nadie se le escapa de dónde se trata. Lo que no me convenció fue el final, un golpe de efecto más cerca del culebrón que del colofón redondo que hubiese merecido la película. Pero no está nada mal para lo que está dando de sí la cartelera.
Saludos!
Babel: pues yo si que veo comparacion con "sulomdog" porque son guiones pensados para el impacto en el espectador, y ambas peliculas lo hacen bien (mejor "Slumdog" creo yo). Otra cosa son las historias que cuentan, que no se parecen en nada, pero el diseño de la narración es clavadito.....
Por lo demás, totalmente con tu opinión sobre el final.
¿Has visto ya "Un mundo mejor"?
Nos leemos!!!!
No, no la he visto, y por lo que leo en algún blog referente para mi, se me quitan las ganas. Parece que tiende más a la moralina, o eso dicen. No sé si dejarla para cuando salga en DVD. O esperame a leer tu cometario...
Una película muy recomendable con un final escalofriante. A mi gusto muy superior a Slumdog Millonaire. Saludos.
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