jueves, 15 de noviembre de 2018

Fragmentos de un padre en disolución (Somewhere)

Sofia Coppola venía de llamar la atención con Las vírgenes suicidas (1999), reventar de éxito con Lost in translation (2003) y de revelar (modernizado) el legado paterno en su estilo cinematográfico con Maria Antonieta (2006), una especie de experimento en la línea de Corazonada (1981) --aunque bastante mejor culminado que la de su padre-- y que es su filme más inclasificable y arriesgado. Todo esto para recalar, cuatro años después, en Somewhere (2010), el filme más sutil, complejo y resistente al etiquetado unívoco que ha realizado hasta ahora. Con él, Coppola recuperó el tono y el distanciamiento narrativo perfectos de Lost in translation, pero esta vez con una historia más probable y con más posibilidades de desplegarse en detalles.

Como hija de celebridad sabe perfectamente cómo viven la adolescencia los hijos de los famosos: los viajes, el derroche, el lujo cotidiano convertido en algo doméstico, la incomunicación, el picoteo social impuesto... Cleo tiene once años y es la hija de Johnny Marco, un actor de Hollywood en un buen momento de su carrera. Como todo famoso y padre divorciado, no tiene una relación demasiado fluida con su hija, de la que se ocupa lo justo, sin preocuparse de las miserias que deja entrever en sus momentos de convivencia. Hasta que un día Cleo tiene que pasar unos días más de los habituales con su padre y algo prácticamente imperceptible se trastoca...



El filme está indudablemente anclado al punto de vista de Cleo (prometedora Elle Fanning), y aunque su personaje no está presente durante buena parte de la historia, el punto de vista del narrador externo está asimilado a una mirada ajena como la de ella. Coppola se toma su tiempo --quizá demasiado-- para retratar el día a día y el carácter de Johnny: numeritos de softporn en la habitación, picoteo sexual con toda clase de conocidas y desconocidas, apretada agenda de promoción de su última película... Pero aun así es un hombre que se aburre, sin metas ni intereses, para quien las fiestas y los hoteles sirven para llenar sus propios días sin huella. En ese vacío repleto irrumpe Cleo temporalmente y de pronto todo cambia con una naturalidad pasmosa: las diversiones morbosas se interrumpen, los encuentros sexuales son debidamente ocultados con más o menos eficacia, y un montón más de cosas se imponen para llenar el tiempo entre ambos (actividades extraescolares, videojuegos, caprichos...). Aunque entre todas ellas destaco la involuntaria perversión y aceleración de la adolescencia que estimulan los acompañantes de Johnny con los que traba contacto Cleo. Todos la tratan como la mujer que aún no es, sin preocuparse de conocerla ni de adaptarse a su nivel de madurez. Quizá esa es una de las razones por la que muchos hijos e hijas de famosos no parecen demasiado centrados; quizá es algo de lo que escapó la misma Sofia...

Esa forzosa imposición de horarios que provoca Cleo es la que llena la segunda parte de la película, sin revelar apenas la evolución interior de Johnny ni remarcar los cambios a base de diálogos y/o momentos definitorios. La paternidad es, de pronto, un interesante objetivo vital no buscado pero sencillo y llevadero. Por contra, la ingenuidad y la precoz madurez de Cleo establecen un fuerte contraste --entre divertido y reflexivo-- con el carácter de su padre, y también se sitúa en primer plano el desconocimiento de Johnny en todo lo relativo a su hija, a la que trata como si fuera una niña. Cleo parece inasequible a ese mundo al que se asoma de repente y que, en apenas dos años, será el suyo, aunque el desarrollo de la historia demuestra que Coppola está más interesada en los efectos de estos cambios sobre su padre. El factor edad y la experiencia de vida son los dos abismos que les separan.

En definitiva: ritmo deliberadamente lento y pausado, escenas que se alargan más de lo acostumbrado, dando tiempo al espectador para que extraiga más significados de los que los materiales dramáticos sugieren; la misma fórmula de éxito que ya aplicó en Lost in translation y que la aproxima --sin saberlo, sin buscarlo quizá-- al estilo de ciertos directores independientes europeos.


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