Primero, hablemos de la película: Buried (Enterrado) (2010) es un reto narrativo y técnico de primer orden que deja el récord de filme rodado en escenario único en una marca muy difícil de batir --hasta ahora en posesión de Náufragos (1943) de Hitchcock--, ya que toda la acción transcurre en un ataúd donde el protagonista --y único actor-- ha sido enterrado vivo por motivos que más adelante se conocen (sin resultar del todo inverosímiles). Con semejante premisa, el principal objetivo de cara al espectador es conseguir que la tensión no decaiga sin echar mano de flashbacks ni airear la acción a base de planos «exteriores», algo que sí hacía, por ejemplo, Johnny cogió su fusil (1971) de Dalton Trumbo. Por ese lado, el guionista Chris Sparling y el director Rodrigo Cortés se lucen con una historia que hubiera encandilado al mismísimo maestro del suspense.
Retos técnicos y narrativos aparte, el argumento amplía hasta lo intolerable la escena de Kill Bill 2 (2004) en la que Uma Thurman era enterrada viva y que, en su momento, me produjo un mal rollo considerable. Con Buried (Enterrado), sabiendo de qué va la cosa, ese mismo mal rollo (esta vez en plan preventivo) me hizo dudar hasta el mismo comienzo de la película si sería capaz de aguantar algo así, pero lo cierto es que, en cuanto la narración toma el mando, uno se deja llevar por la tensión propia del thriller --dosificación de la información y del drama, giros imprevistos, episodios claramente marcados y sorpresa final (esta última más que garantizada)-- y olvida lo macabro de la situación. Por eso me atrevo a recomendarla a todos los amantes del thriller, excepuando quizá a los muy aprensivos (los que duden deberían atreverse a probar).
Edgar A. Poe escribió en 1844 El entierro prematuro, un relato que trata acerca del pánico a ser enterrado vivo mediante un despliegue formal que no transgrede ninguna convención de la literatura decimonónica, sobre todo en lo que se refiere al narrador y la posibilidad física de contar su historia (un requisito constante de la obra de Poe, por otro lado). Buried (Enterrado) enlaza con esta tradición racionalista del relato clásico, pero esta vez el artilugio clave es un teléfono móvil (incluyendo sus más diversas funcionalidades). A pesar de lo limitado del espacio, Cortés dosifica con habilidad el crescendo dramático, de manera que en ningún momento se tiene la sensación de que hay elementos o escenas que no aportan nada a la trama principal. Puede que algunos giros sean exagerados o no estén bien explicados, pero son fallos menores que quedan eclipsados por lo desesperado de la situación.
Y ahora hablemos de la producción: rodada en apenas 17 días, la película maximiza las bondades de un gran guión sin apenas generar gastos, que es lo que suele lastrar estos experimentos tan arriesgados o títulos de debutantes. En muchos sentidos, la producción de Buried (Enterrado) es un calco de la de Planet 51 (2009) y demuestra que es una de las vías por las que ha optado el cine español para internacionalizarse: el dinero lo aportan en coproducción españoles y estadounidenses (asegurando de paso la distribución en EE UU), equipo técnico español --en este caso fundamentalmente catalán. Me pregunto si, de acuerdo con los criterios de la Ley del Cine en Catalunya, este filme se considera «catalán»--, guionista estadounidense, rodaje en inglés y un director que sigue claramente los pasos de Amenábar en la industria, tanto por género como por estilo. El producto final es de una calidad inmejorable, exportable sin problemas a todo el mundo; por ese lado considero que es una muy buena estrategia del cine español para salir del atolladero argumental y económico en el que se encuentra. La tercera vía --siempre suele haber terceras vías-- es seguir los pasos del cine francés: argumentos originales y sin populismos, actores y ambientación locales y el apoyo de una legislación y una distribución internas envidiables. Cuando eso sucede los signos son claros inequívocos y --por el momento-- inéditos en España: guiones y formatos cinematográficos arriesgados.
Buried (Enterrado) --dejando aparte su temática-- es un filme originalísimo y muy recomendable que consagra a otro cineasta español cuyo estilo revela que ha crecido viendo cine estadounidense. En cualquier caso, queda avalada la capacidad del cine español para fabricar productos exportables de los que enorgullecerse sin complejos.
3 comentarios:
Hola, pues tengo previsto ir a verla uno de estos días, lo más pronto que me sea posible. Ya sois varios, de los que me fio, que ensalzais la película. Creo que un film así, con un solo personaje y en un unico espacio cumplirá al menos dos premisas para que os haya gustado tanto: una buena puesta en escena y los diálogos, que me imagino llevarán un peso importante en esa administración de la tensión que alabas. En fin, que habrá que ver este experimento cuanto antes!
babel: pues si, no te despistes. Lo cierto es que es una pelicula a seguir, y yo diria que en los Goya deberia tener su sitio....
Besitos mil!!!
Una película muy a tener en cuenta ,además con los estrenos que últimamente rondan por las salas es una elección muy acertada que como poco resulta original en su planteamiento y desarrollo ,saludos!
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