miércoles, 30 de enero de 2013

Tarantino clavado en su pedestal (Django desencadenado)

En corto y claro: a quienes encantó/encandiló/deslumbró Malditos bastardos (2009) les encantará/encandilará/deslumbrará Django desencadenado (2012). Se trata de dos películas calcadas en lo formal, lo narrativo y lo argumental, que exhiben prácticamente los mismos toques, recursos, trucos, trampas y tics de estilo geniales e inimitables del maestro Tarantino. No escapa ni siquiera una (¿sospechosa?) distribución similar de los momentos de interés y los de aburrimiento (parcial). Lo suelto por adelantado para que los que lean esto y hayan disfrutado al límite de lo humano con Django desencadenado no piensen que soy el típico don Detallitos que destaca los errores menores y pasa de puntillas sobre los grandes aciertos; simplemente estoy tratando de argumentar mi propia experiencia.

Tarantino posee, a estas alturas, una filmografía prestigiosa, repleta de taquillazos y de «nuevos clásicos» indiscutibles; tiene más que dominado su estilo, conoce los recursos que mejor encajan con su cine, dirige con aplomo un determinado tipo de actores, incluso encuentra complicidades creativas con grandísimos talentos o va descubriendo otros que acaban situándose al nivel de los consagrados (Christoph Waltz va camino de superar a todos), y todo ello al servicio del que parece ser su proyecto de los últimos años: reinterpretar en clave «posgenérica» los géneros clásicos. Ya lleva tres: los programas dobles de serie Z, los filmes de artes marciales y, con esta de ahora, el western. Está claro que le divierte encontrar variantes --casi siempre desmitificadoras, sarcásticas y crueles-- a personajes, situaciones y argumentos del cine clásico que conoce a la perfección. Aunque es posible que la mayoría de su generación y el público joven que le adora no sean conscientes del trabajo que eso supone, así como la brillantez y la eficacia del resultado, el cual disfrutan por igual iniciados y consumidores de cine comercial sin complicaciones. Dejar contentos a todos no es fácil.

¿Las claves? Su sentido del humor pasado de vueltas, una ritualización de la violencia que deja en pañales a Peckinpah, un dominio magistral del montaje analítico y, sin duda alguna su aportación más importante a la narrativa cinematográfica más reciente, su inimitable dosificación de la tensión mediante una combinación única de verborrea estúpida y/o inagotable con una irrupción deslumbrante de violencia. El público conecta instintivamente con lo mejor de Tarantino en esas escenas, deleitándose en la espera --a veces excesiva-- de un estallido de sobras anunciado. Es como el reverso oscuro del suspense funcional y judeocristiano de Hitchcock: con el británico sufrimos como catarsis y purga, pagando un precio por alejarnos del mal; con Tarantino es al revés: nos regocijamos con la banalidad cutre que precede a la violencia, cuya irrupción finalmente nos libera de tanta estupidez congénita.



Cuando asistes nuevamente a todo esto, dispuesto prácticamente en el mismo orden y con las mismas dosis, es imposible reaccionar con un entusiasmo equivalente. Y aunque Django desencadenado lo tiene todo --lo interesante, lo bueno, lo excelente-- del mejor Tarantino, también posee el mismo exceso de metraje de sus últimos títulos (quizá el elemento que menos controla y suele acabar lastrando sus filmes), restando eficacia a la impresión final. Contiene el mismo énfasis en la escena crucial, el mismo tempo solemne, y la misma carencia (compensada al menos en Malditos bastardos con dos escenas, al principio de la película y la de la taberna, que rozan la perfección) de una adecuada línea argumental que sostenga todo este tinglado. El explosivo final marca de la casa es igualmente previsible, aunque sin desmerecer en espectacularidad y por el sentido bufo de la venganza en Tarantino. De todo este catálogo yo me quedo con un fragmento humorístico memorable a costa de una panda de cafres racistas.

Desde mi punto de vista, el primer Tarantino era mejor porque hacía filmes más cortos, complejos e intensos; este segundo es infinitamente más versátil y conoce a la perfección los resortes que captan la atención del espectador, como Hitchcock en los cincuenta o Spielberg en los ochenta. Eso significa que disfruto (y mucho) cuando toca, pero hace que el conjunto me decepcione a causa de un incontrolado derroche de autocomplacencia estilística. Django desencadenado es, como mucho, mi tercera mejor opción en este proyecto de reescritura paródico-genérica en el que parece cómodamente embarcado Tarantino.




http://sesiondiscontinua.blogspot.com.es/2013/01/tarantino-clavado-en-su-pedestal-django.html

10 comentarios:

JLO dijo...

no entendí eso de que es "la tercera mejor opción"... hablás de las últimas Tarantino? de los estrenos?

me gustó la crítica, das en el calvo en las cualidades del autor... si es similar a la anterior, me va a encantar...

y entiendo que a algunos ya canse su estilo (a mí me pasa con Burton eso), pero es genial este tipo, explosivo, luminoso...

te das cuenta que soy fan no? ja... salu2...

Sesión discontinua dijo...

JLO: lo de la mejor opción es la forma políticamente correcta de usar una expresión que incluya la palabra "mejor" cuando en realidad quiero decir "peor". De las tres revisiones genéricas (Kill Bill. Malditos y Django), yo creo que la calidad ha ido descendiendo a cada entrega, por eso es "la mejor opción de tres posibles....".

SI te gustó "Malditos..." esta no te defraudará. Ya me dirás.


Nos leemos!!!

Jon Alonso dijo...

JA, creo que soy un antiTarantino. Es decir, me gusta lo que menos le ha gustado a Tarantino, a lo largo de su carrera y lo hace de miedo; "Jackie Brown". La bestia de Tennessee, sabe rodar "un cacho de bolsa testicular", pero mucho, y sabe montar los planos, escribir buenos diálogos y todo lo que quieran. Es bueno, que el mundo tenga a Tarantino; sí. Está de maravilla,¿qué harían sin Tarantino los hijos de mis colegas...? Así, la crítica oficialista puede decir sin remordimientos, que Sam Fuller se ha reencarnado en la columna de la Vanguardia. En fin, estoy muy mayor. 3 Hurras por Django con cadena, please. Abrazos

Sesión discontinua dijo...

JC: creo que "Jackie Brown" es el mejor filme de Tarantino, el más maduro de todos, el que marcó el final del primer Tarantino. Ahora bien, de ahi a convertirse en un antitarantino va un largo trecho.... No lo descartemos tan rápidamente.

Nos leemos!!!!

Jon Alonso dijo...

JA, un matiz a l´enfant terrible de Tennessee, Mr. Tarantino (es una licencia literaria que, me he permitido), propia de mi idiosincrasia incorrecta en todas la direcciones. Antitarantino es un juego de palabras; taurinos, sí. Taurinos, no. Digo lo que le contestó al crítico Peter Travers —a finales de los 90—de Rolling Stone; “no es la película que yo quería…”. Evidentemente, el guión lo adapta de la novela original, de ese escritor de 86 años, el maestro Mr. E. Leonard. Está bien, que la gente disfrute con Tarantino. Dicen que es un moderno; no me lo creo. Picasso era moderno, Ford y Fuller. Pero, que el Sr. JB-Criminal, no me quiera hacer confesar con ruedas de molino en su columna del grupo Godo, que es la reencarnación de Sam Fuller. Supongo, que en la redacción, del ínclito Conde han legalizado la marihuana o estaría escribiendo por orden del “Golden boy Pujol Jr”. ¡Go Tarantino, please! ¡El nuevo Sergio Leone junto a Fumanchú! Y, que la crítica se olvide de Fuller. Sólo ha habido uno, gracias a los dioses. Voy a ver la porra de los Oscars… Me encanta la Srta de la foto (JL) y la foto. Salud y un abrazo
JCA

Anónimo dijo...

Hola Pepote, aquí Lo Pueblerino Universal (LoPU).

Ya sabes que tanto com de Tarantino, también soy fan tuyo. Coincido bastante en lo que dices, en general, aunque también reconozco que me falta formación para debatir a tu nivel.

Sobre todo coincido en lo del metraje. Joer, una horita menos y el impacto sería mucho más nítido, más impactante (sí, ya sé que es redundante, por eso lo digo). Y lo de la escena preferida ("me quedo con un fragmento humorístico memorable a costa de una panda de cafres racistas"), supongo que te refieres al proto-KuKuxKlan o lo que fuera comandado por Don Johnson y sus discusiones hilarantes sobre las capuchas y tal... Para mí también de lo mejor.

Lo mejor de lo mejor, para mí, la actuación de Christoph Waltz (memorabilísima) y también la de Jamie Foxx (by the way, no me extraña que las tías vayan locas por él, hasta a mí me dan ganas...).

Lo peor: que otra vez (emulando a maestros como Hitchcock) salga QT en un papel (de forma tan excesiva), esta vez increíble (sólo lo salvaría si lo ha hecho a drede, cosa que prefiero pensar). Estaba creíble como Mr Brown en Reservoir Dogs, muy bien en Jimmie ("Don't fucking jimmie me", le dice Jimmie a Jules en "The Bonnie situation") en Pulp Fiction...

En fin, que me estoy alargando. Reservoir Dogs: sorprendente opera prima. Pulp Fiction: la culminación de su carrera en su 2a peli. Jackie Brown, el filme más creíble y contenido. Kill Bill: orgía de tarantinismo en estado puro. Death proof: me aburrió. Inglorious Basterds (que creo recordar vimos juntos): ok. Django Unchained: lo dicho.

Nos leemos!

LoPU

Sesión discontinua dijo...

LoPU: no puedo estar más agradecido por tu extensa entrada, desmenuzando mi texto y tus propias impresiones sobre la peli y QT. Y compruebo que hemos recorrido caminos paralelos, con una decreciente desilusión que no desmerece sus méritos pero ya nos nos entusiasma. A nuestras edades queremos intensidad, novedad, incorrección política y muchas risas. QT nos lo daba, ahora, ya no tanto....


Y sí: nos leemos!!!!!

Xavi Álvarez dijo...

JA, en primer lugar comentar que soy un joven principiante en este mundo tan apasionante que es el cine, así que mi intención en la siguiente reflexión no es poner en duda ninguno de tus razonamientos, sino reflejar mi humilde opinión. Pues bien, estoy de acuerdo con lo de que quizá Tarantino se exceda con escenas que no son trascendentales para el transcurso de la película. Sin embargo, creo que el propio Tarantino es consciente de ello, y trata de convertir esas escenas en parte de una obra de arte donde nada sobra, y todo tiene su relevancia, tanto escenas principales como secundarias. Al menos esa es la impresión que me da puesto que estas escenas están presentes en la gran mayoría de las obras de este director. No sé hasta que punto este apunte es fiable o simplemente nace de mi admiración tanto de estas escenas (en las que disfruto como un niño) como de Tarantino en general.
Para acabar, también querría saber tu opinión sobre la obsesión cada vez más enfermiza que tiene Quentin con Christoph Waltz (en mi opinión un actor sublime), que ya hacía un buen papel en Malditos Bastardos, pero que en Django acaba convirtiéndose casi en protagonista siendo en principio secundario.

Saludos

Sesión discontinua dijo...

Xavi, no tomotu comentario como una discrepancia, sino como un tarantiniano que es posible que haya hecho otro recorrido por su filmografía. En todo caso lo que dices de que QT es consciente de su narrativa ultralenta es cierto. Lo hace y es consciente de hacerlo. Lo que yo pienso es que es un estilo que acaba pasando factura si detrás no hay un guión de hierro forjado.

Y sí, me parece muy bien que QT tire de actores con los que conecta. De estas asociaciones siempre salen grandes filmes (Scorsese/De Niro sin ir más lejos). Waltz, encima, amenaza con eclipsar incluso a Samuel L. Jackson....

Nos leemos!!!!

carnet manipulador de alimentos dijo...

Una decepción 'Django', no me esperaba un clásico pero sí una película más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, qué pena que sus pelis estén tan vacías. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!