Leo en el encabezado de la cartelera-web de El País este inquietante texto: "A pesar de que incluso Hal Hartley hace años que admitió el agotamiento de la fórmula basada en la excentricidad, el minimalismo temático y cierto surrealismo que le llevó a la gloria del cine independiente americano a principios de los noventa, algunos de sus malos imitadores insisten en el ya embarrado trecho del (falso) espíritu de Sundance"; y me pongo nervioso porque pienso que Hal Hartley estrena película. Y ya va para diez años que sus filmes no paran por aquí. Pero resulta que no, que es un texto para presentar los estrenos de la semana. Lo que me descuadra es tanta profundidad y lucidez para prologar una serie de títulos que no tienen en común más que la fecha de entrada en los cines.
Así que sigo recordando a Hartley: de la parte de su filmografía estrenada en España --La increíble verdad (1989), Trust (Confía en mí) (1990), Simple men (1992), Amateur (1994), Flirt (1995) y Henry fool (1997)-- recuerdo vivamente Amateur, que contiene precisamente esa mezcla de excentricidad, minimalismo y surrealismo que establece el texto de El País: narraba las aventuras de una monja recién rebotada del convento que se dedica a escribir relatos porno. No está mal... Luego voy a la IMDB y compruebo lo que nos hemos perdido de Hartley desde 1997: The Book of Life (1998), sobre un imposible debate entre el diablo, Jesús y Magdalena el 31 de diciembre de 1999; No Such Thing (2001), sobre un periodista que va a Groenlandia en buscar de su novia (nada menos que Sarah Polley, la actriz fetiche de Isabel Coixet) y de un extraño ser entre violento y mítico; The Girl from Monday (2005), una comedia sobre un mundo no demasiado lejano en el que el sexo cotiza en bolsa; y Fay Grim (2006), una especie de segunda parte de Henry fool, con Jeff Goldblum.
Excentricidad, minimalismo y surrealismo: tres ingredientes que pueden aspirar a convertirse en una teoría acerca de lo que pueda ser eso que, en las conversaciones sobre cine entre aficionados, llamamos para abreviar el "cine alternativo/independiente". De momento me acaban de entrar una ganas terribles de volver a ver Amateur y de cotejarla con El Tao de Steve (2000) de Jenniphr Goodman (un extraño filme que pillé de madrugada hace tiempo que sin embargo tengo muy presente), acerca de un joven que no sólo utiliza un zen muy personal para ligar, sino que eso le convierte en un auténtico gurú de las relaciones entre hombres y mujeres.
Excentricidad, minimalismo, surrealismo: no creo que sea una fórmula agotada, más bien una especie de zen cinematográfico muy difícil de alcanzar hacia el que tienden numerosos cineastas (a veces sin saberlo), pero especialmente los que empiezan.
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